La figura del agente de banca privada
La entrada de la MIFID II, que es la nueva directiva europea que clasifica a los clientes entre particulares (99%) y profesionales (1%), exige a los bancos perfilar a los clientes según su aversión a la volatilidad. El cliente particular es el que requiere asesoramiento por desconocimiento de la materia y el cliente profesional es el que está preparado y tiene, generalmente, conocimientos para tomar decisiones financieras.